Gala Importantes del año

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Podría llamarse de mil maneras, entre ellas puede que envidia, pero la verdad es que lo que uno siente cuando lee noticias relacionadas con las entregas de premios para reconocimiento y regocijo de unos pocos, me produce una sensación entre el pasmo y la arcada.
Allí se juntan todos: celebridades del presente, familias del pasado, políticos del mas allá, artistas del momento, empresarios del billete, pero sobre todo tontos del culo que sólo ven eso, su propio culo.
Una vez trabajé en una oficina en la que instalamos una lámina que hacia que el escaparate que me daba luz reflejase la misma convirtiéndose en un gran espejo para contemplación de narcisistas ávidos de autocomplacencia. Detrás de este increíble y gigante espejo, día tras día, mientras trabajaba pude contemplar cientos de personas a las que, para su disfrute, habíamos dado ese espejo donde mirarse. Lo que veían les gustaba, se sentían complacidos, alguno se daba esos últimos retoques, pero ninguno de ellos se daba cuenta de la miseria que había junto a él en ese mismo reflejo. El improvisado espejo instalado en aquella calle de barrio humilde, frente a aquel dejado solar también reflejaba miseria, pobreza, tristeza y sobre todo realidad.
Digo esto ya que cuando leo algo sobre Galas de Importantes pienso en aquel espejo en el que unos pocos ávidos de narcisismo se contemplan sin darse cuenta de que a su alrededor y en ese mismo reflejo queda la miseria de la realidad.

Maese Sonoro

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