La mierda y la televisión

Puede que la única diferencia entre la mierda y la televisión sea que, mientras que la primera ha sido creada para deleite del autor, la segunda, por el contrario, ha sido creada para matar de peste cuan arma de destrucción masiva.

Se gestó en despachos “parlando” italiano. Por entonces era necesario que la masa estuviese hipnotizada, casi idiotizada, dejando de pensar. Así aparecieron las Mama Chicho como reclamo de mentes calenturientas nostálgicas de su infancia mamífera. Sus bailes seducían los ojos de los televidentes inhibiendo su voluntad.

Para entonces el número 5 del mando a distancia empezaba a tener cierto protagonismo y su desgaste era superior al del resto de teclas.

Fue entonces cuando Mercedes Milá decidió que era demasiado aburrido entrevistar a Camilo José Cela para hablar de palanganas. Entonces el diablo decidió vestirse, pero no de Prada, y comenzó a llenar su vestidor de los mas innombrables modelos, a cual mas odiosamente feo. Se me ocurre que algún día su ego tropezará con el sastre que engaño al emperador en aquel cuento de la infancia.

Fueron tiempos convulsos en los que los programas musicales fueron arrinconados por emisiones a altas horas de la madrugada para dejar hueco a magazines, series de todo tipo, cines de barrio y, en definitiva, cualquier cosa que fuese capaz de abducir mentes.

Entonces nacieron las estrellas efímeras, las princesas del pueblo, los matamoros, los hijos de alguien, las hijas de otro, el ex de aquella, la ex de aquel…, todos ellos grandes premios nobel de la mierda mas grande jamás creada por el hombre.

Así nació la televisión que hoy día contamina nuestros hogares, fue defecada la parrilla televisiva y la mierda nos gobernó.

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