Ilegales. Para siempre es demasiado tiempo

Cuando era un crío,
vaya una mierda.
Lo conseguisteis,
me jodisteis bien.
La zancadilla,
nada más nacer.

No es esa mi historia pero sí que esta banda sonora de Ilegales me ha acompañado desde la infancia. Ese Single, roto por el desafortunado encuentro entre el suelo y el vinilo, no fue, ni mucho menos, acicate para dejar de escucharlo. Ponía la aguja en el límite del destrozo y escuchaba una y otra vez los sencillos acordes de esas canciones.
El Single en cuestión se llamaba “Tiempos nuevos, tiempos salvajes”. Aquel calvo con cara de macarra y chupa de cuero revenido me hacía sentir el machaqueo de las ondas galvanoplásticas.
En cuanto a las letras…, que letras. Fiel reflejo, en aquel momento, de locura preadolescente, subversivo, diferenciatorio y sobre todo, sólo para unos pocos Chicos pálidos para la máquina. Con estas letras aprendimos a odiar los pasodobles, comprendimos lo que era un delincuente habitual, aprendimos a colarnos en las fiestas y a que nadie nos acariciase el pelo. Pero no todo eran chorradas, también había cultura y de la buena y si no que me digan ¿quién conoce a Mr. Lindberg? También perdimos complejos como aquello de no cortarnos a la hora de decirle al bailón de la discoteca. baila idiota.
Pero además de este aprendizaje también hubo lugar para hacer de pitonisos. En una entrevista a Jorge Martínez le preguntaban acerca de esto y el muy () sonreía con la cara de marciano estreñido que le acompaña.
Ilegales por siempre y para siempre, aunque sea demasiado tiempo, siempre puede esperar aquel deseo de irnos al infierno.

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