Maese Sonoro

La vida afortunadamente continúa, incluso después de los 40.
Se sobrevive con la mirada atrás pero sin dejar de vivir el presente y ojo avizor del futuro.
Se sobrevive pese a la demagogia de la sociedad.
Se sobrevive gracias al círculo perfecto en que se convierte el ritual de lo habitual.
Se sobrevive con la herramienta de la música como medicina de acordes frente a los desacordes de años convulsos con relleno de placebo.
Se sobrevive porque la cura existe.
Se sobrevive porque lo atisbamos en nuestra bola de cristal.
Así se crea Maese Sonoro como mezcla de ingredientes preparados en los setenta y ochenta, cocinados en los noventa, condimentados con el efecto 2000 y deglutidos en segunda década del nuevo siglo.

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