Endsong

Cuarentena demagoga llega a su fin.

Para siempre es demasiado tiempo y las etapas de la vida se cierran para dar lugar a nuevas oportunidades nuevas vivencias…

Cuando la Cuarentena Demagoga comenzó, allá por el 2013, podía ver , desde el 5 balcón, a mis hijos jugando en la urbanización. Niños ahora convertidos en adolescentes rebeldes y curiosos. Rebeldes y curiosos por adquirir experiencias, por aprender, por sentir, por vivir. Me gusta mirarles a los ojos y ver su brillo, su vida. Me gusta pensar que detrás de esas miradas emergen nuevas vidas con sus nuevas experiencias, con sus secretos. Es difícil bajar de ese balcón de mero observador para ser padre, es difícil. ¿Cómo lo hicisteis vosotros en aquella época, sin apenas nada?

Mi apoyo, mi compañera, mi amiga, mi esposa, siempre conmigo y yo con ella. Siempre con problemas, siempre con soluciones, siempre con discusiones, siempre de acuerdo, siempre llorando, siempre con risas, siempre con bromas, siempre triste, siempre contenta, siempre cansada, siempre activa, siempre, siempre, siempre y por siempre. Porque eso es ella para mi, eterna, por siempre y para siempre. Su mejor regalo ese, el tiempo. Ese tiempo limitado que se nos presta a la hora de nacer y del que somos libre de gastar. Gracias por haberme regalado todo este tiempo de vivencias compartidas y por las que nos quedan por vivir. Gracias por respetar todos y cada uno de mis absurdos errores, gracias por reírte conmigo, gracias… Te quiero.

Me llevo puestos mis pensamientos plasmados en el teclado. La vía de escape que me ofreció el camino para la reflexión del recuerdo. Ahondar en los sentimientos para escudriñarlos es una maravillosa manera de acentuarlos y conseguir el efecto de empatizar y hacernos más conscientes y humanos.

Para el futuro… ya veremos, el futuro empieza dentro de un segundo.

Como punto y final, una ultima canción.

Por Maese Sonoro

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